El estepeño Quino Castro expone sus fotografías tomadas en Chernobyl en la Casa de la Provincia de Sevilla

El pasado 15 de septiembre se inauguró en la Casa de la Provincia de Sevilla la exposición «Catrástofe de Chernobyl. XXV aniversario. Tragedia del pasado, realidad del presente», compuesta por fotografías de Wladimir Bazan, Raúl Moreno y el estepeño Quino Castro acerca de la realidad actual de Bielorrusia. La muestra estará abierta hasta el 9 de octubre en la Plaza del Triunfo, número 1 de Sevilla, en horario de 10 a 14 horas y de 18 a 21 horas de martes a domingo (los lunes permanecerá cerrada.) La exposición viajará a Estepa en el mes de noviembre, para que los vecinos de la comarca puedan visitarla, según ha informado a este periódico el fotógrafo estepeño.

La exposición está organizada por la Diputación de Sevilla, la Obra Social de Cajasol, el Ayuntamiento de Estepa y la Federación Andalucía Solidaria. Se trata de una exposición colectiva en la que Quino Castro muestra su obra junto a dos fotógrafos más: el bielorruso Wladimir Bazan y el manchego Raúl Moreno. Al acto de inauguración asistió en representación de la entidad supramunicipal su vicepresidenta, Lola Bravo, mientras que por parte del Ayuntamiento de Estepa estuvo presente el coordinador de delegaciones municipales de la corporación estepeña, Mario Rodríguez García. Asimismo, asistió el presidente de la Federación Andalucía Solidaria-Feansol, el también estepeño Anastasio León Rodas.

La exposición recuerda que el pasado 25 de abril se cumplían 25 años de la tragedia de Chernobyl, producida por la explosión de uno de los reactores de la vieja central nuclear de la ciudad ucraniana que daba nombre a la central y que provocó la mayor tragedia nuclear de la historia. Las consecuencias aún perduran 25 años después, tanto en el norte de Ucrania como sobre todo en el país vecino de Bielorrusia. La nube tóxica fue tal que se detectó en toda Europa, incluidas Francia e incluso el norte de España, aunque sin duda fue Bielorrusia la gran perjudicada por la tragedia.

En cuanto a los fotógrafos, cabe señalar que Wladimir Bazan, (Rusia, 1953)es un bielorruso comprometido con la situación que atraviesa su país. Sus fotografías están tomadas desde el interior, es la visión real y en primera persona de alguien que sufre directamente el problema. Bazan muestra 16 fotografías en blanco y negro, parte de una colección mayor que lleva años exponiéndose por toda Europa y que gracias a las asociaciones que trabajan para y por Bielorrusia ha llegado a muchas ciudades.

Por su parte, Quino Castro(Estepa, 1966) entró en contacto con Bielorrusia gracias a su contacto con la asociación Estepa Acoge, con quien colabora desde 2004. Sus fotografías en color muestran sobre todo la vida en las aldeas bielorrusas, y cómo la consecuencia de Chernobyl ha marcado su día a día. Igualmente, retrata las rostros de los niños afectados en los lugares que los acogen, orfanatos, hospitales, centros de acogida, escuelas… Su visión de Bielorrusia es la consecuencia de seis años de trabajo en contacto con el país, a través de varios viajes en los que ha cruzado el territorio de norte a sur y de este a oeste. Siempre apoyado por la Asociación Estepa Acoge, quien le facilitó los contactos necesarios para llegar a la población, a la gente, cabe destacar en su trabajo la aceptación, por parte de la gente, de su figura como fotógrafo y como amigo, ya que él piensa que de este modo es la única forma de conseguir la verdad a través de la fotografía.

Por último, Raúl Moreno (Albacete 1979), es el más joven de los tres pero está muy comprometido con varias causas y, por supuesto, con Chernobyl, adonde viajó en dos ocasiones a finales del pasado año 2010 y a principios de 2011. Su trabajo se basa directamente en la situación actual de Chernobyl, una ciudad que casi se ha convertido en un macabro parque temático con excursiones a la vieja central, como bien ha retratado Raúl, que se ha centrado en algunas familias que viven hoy día cerca de la temida zona de exclusión. Su visión de la zona es la consecuencia de un contacto muy reciente con la población que habita el lugar.