La Farmacia del siglo XXI: dispensación de medicinas, asesoramiento y consultoría, prevención de riesgos laborales, atención en hospitales, control alimentario humano y animal o inspección de servicios sanitarios

De izquierda a derecha, Ana López, José Antonio Marcos, José Martín, Cristina López y Juan Vega.

Texto: Remedios Camero Escamilla

Fotos: cedidas por los entrevistados

¿Qué es lo primero en lo que usted piensa cuando escucha la palabra “farmacia”? Seguramente, usted y todos pensamos en una botica; ésa es la primera imagen que nos viene a la cabeza. Pero… ¿qué más le sugiere la palabra “farmacia”? También, posiblemente, se nos ocurrirán a todos ideas parecidas: salud, seguridad, fiabilidad, asesoramiento, profesionalidad, tranquilidad, medicamentos, ayuda, compromiso. Éstas pueden ser algunas de las características que definen a la profesión farmacéutica.

Ahora, pensemos en otros términos, como “seguridad alimentaria”, “prevención de riesgos”, “hospital”, “inspección sanitaria”, “piensos medicamentosos”… En estos casos, ¿seguimos pensando en Farmacia? Seguramente no, porque lo que puede que la mayoría de la sociedad desconozca es la variedad de trabajos que puede desempeñar un farmacéutico, aparte del clásico de atención al paciente al frente de una oficina de Farmacia. En este reportaje, vamos a hablar de algunas de las salidas profesionales de Farmacia menos conocidas, sin olvidarnos de la salida más habitual, y para ello, hemos hablado con seis licenciados en Farmacia; cinco de la promoción 1996-2001 de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla (que han cumplido ya sus 20 años de farmacéuticos, ejerciendo su profesión), y una sexta profesional, licenciada por la Universidad de Valencia en 2005.

Con el siglo XXI recién estrenado, terminaron su carrera de Farmacia en la Universidad de Sevilla en torno a trescientos sesenta licenciados, como suele ocurrir en cada promoción. Y quien dice en Sevilla dice en cualquiera de las facultades de Farmacia con las que cuenta la universidad española en general. La de Farmacia es una titulación para la que nunca faltan candidatos, aunque es posible que no todos, al comenzar sus estudios, sepan que se trata de una de las carreras de las ramas científica y sanitaria con mayor variedad de salidas profesionales. A continuación, vamos a conocer sólo seis ejemplos que muestran esas opciones de salidas laborales: Juan, Ana, Cristina, Sandra, José Antonio y José son buenos exponentes de ello.

OFICINA DE FARMACIA

Comenzamos nuestro recorrido en Córdoba. Juan Vega tiene 43 años y es cordobés. Se licenció en el año 2001 en la Universidad de Sevilla. Es farmacéutico adjunto en la Farmacia Rosas, sita en la Carretera de Trasierra, en la ciudad de la Mezquita. Desde siempre ha estado vinculado al mundo farmacéutico puesto que su familia posee desde hace varias décadas oficinas de farmacia. No en vano, sus padres son ambos farmacéuticos, y dos de sus hermanos también, por lo que la profesión farmacéutica ha estado siempre presente en su vida y no era de extrañar que él quisiera también seguir sus pasos.

«La misión del profesional de Farmacia es velar por la salud del paciente»

JUAN VEGA
Juan Vega, en su farmacia de la Carretera de Trasierra, en Córdoba.

Para Juan Vega, lo más satisfactorio de su profesión es el trato directo con el paciente. “Me gratifica mucho poder dar a mis clientes un consejo y ver que mi consejo les ha sido útil para su salud, porque tengo muy claro que la prioridad de mi negocio es el paciente, no el beneficio económico. Mi beneficio es procurar que el paciente venga más veces, fidelizarlo, y para eso hay que cuidarlo”, explica Vega, que añade que la misión del profesional de Farmacia es “velar por la salud del paciente, pero debo decir que los farmacéuticos debemos procurar adaptar nuestros conocimientos técnicos al lenguaje del usuario común, porque de la facultad salimos muy bien preparados, pero si damos explicaciones demasiado técnicas puede ocurrir que no nos entiendan y, entonces, no estaríamos cumpliendo nuestro objetivo.”

Por el contrario, lo que menos le gusta a Vega de su trabajo es el tiempo que han de dedicar a las labores administrativas y de gestión. “El “papeleo” es lo más feo de nuestra profesión, pero sabemos que es necesario también para poder dar una correcta atención al paciente, aunque sin duda lo más satisfactorio para el farmacéutico de oficina de Farmacia es la labor de mostrador y asistencial que llevamos a cabo”, afirma.

Viajamos ahora a la provincia de Sevilla y, más concretamente, a Palomares del Río. Ana López, natural de Mairena del Aljarafe y de la misma promoción de la Facultad de Farmacia de la Hispalense que Juan Vega, lleva trabajando en oficinas de farmacia 16 años seguidos, aunque no todos en España, puesto que durante tres años ejerció su profesión en la capital de Irlanda, en Dublín. De aquellos años recuerda que las condiciones laborales con respecto al trabajo farmacéutico en España eran diferentes porque el sistema es distinto, de manera que cuando volvió a nuestro país tuvo que “aprender de nuevo”. Durante su carrera profesional, ha hecho sustituciones en al menos 10 farmacias distintas; posteriormente, ha trabajado diez años en una oficina de Farmacia en la comarca del Aljarafe y, actualmente, lleva dos años como farmacéutica adjunta en el municipio sevillano de Palomares.

Ana López, en la farmacia en la que trabaja en el Aljarafe sevillano

Ana López pensaba, mientras era estudiante, que se decantaría por la parte más comercial de la profesión como visitadora médica, una opción en la que trabajó durante un tiempo, aunque breve. Finalmente, ha desarrollado su profesión en oficina de Farmacia, y para ella, lo mejor de su trabajo, al igual que nos relataba Juan Vega, es el trato humano. También coincide con su compañero de promoción en que lo peor de su trabajo es la burocracia que conlleva. “Creo que debería resumirse o disminuirse”, afirma tajante.

«Me siento útil cuando detecto algún fallo en la medicación y puedo solventarlo»

ANA LÓPEZ

“Como yo me siento más realizada en mi profesión es pudiendo ayudar al paciente, haciendo un seguimiento de la medicación que toma, identificando cuando hay algún fallo… Pero para eso, hay que conocer bien al paciente”, indica López. “Me siento útil cuando detecto algún fallo en la medicación y puedo solventarlo. De alguna forma, me siento como si formara parte de la vida de nuestros clientes, como si estos fueran de mi familia, porque en realidad, llegan a serlo”, explica, al tiempo que añade que ha llorado y ha reído con ellos, “con sus historias personales, porque a veces se dirigen a nosotros no ya como profesionales de la Farmacia sino como amigos, con preguntas que se salen de la estricta orientación sobre medicinas que solemos darle”, reconoce con satisfacción. “Aporto todo lo que puedo porque estoy muy a gusto con mi trabajo”, confiesa.

A la pregunta de a qué le gustaría dedicarle más tiempo en su trabajo, Ana López responde que a la atención farmacéutica antes que a temas estrictamente burocráticos, lo cual, en su opinión, podría suplirse con más personal. Y a la pregunta de que qué le recomendaría a los estudiantes de Farmacia, señala que le hubiera gustado involucrarse más en la vida de la facultad, en algún departamento, por lo que les recomienda que no descarten esa posibilidad y, aparte, que estudien muy bien las opciones que hay a su alcance porque hay muchas. “Yo desarrollo mi profesión en la rama más conocida del mundo farmacéutico, pero no es la única, y como muestra, ahí está la Farmacia Hospitalaria, que a mí personalmente también me hubiera gustado ejercer.”

FARMACIA HOSPITALARIA

Precisamente, para conocer algo mejor esta opción de la Farmacia Hospitalaria hemos mantenido una entrevista con José Antonio Marcos, también de Mairena del Aljarafe y compañero de promoción de Juan Vega y Ana López, y que desarrolla su trabajo en el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla. Marcos es facultativo especialista del Área de Farmacia Hospitalaria del Servicio de Farmacia del Macarena. Empezó en este puesto en 2004 como farmacéutico de área, y después de haber hecho la residencia para ser especialista, es decir, el FIR (Farmacéutico Interino Residente). Desde aquél año, ha tenido un contrato como eventual, después como interino, y desde hace dos años, tiene su plaza obtenida por oposición, un camino largo y arduo, como nos ha contado. También disfrutó de una beca durante un tiempo, por lo que en el puesto que hoy ocupa lleva aproximadamente unos 15 años.

José Antonio Marcos, en el Hospital Macarena de Sevilla

Pero antes de toda esa trayectoria, nos preguntamos si José Antonio Marcos tenía esa idea de trabajo cuando empezó sus estudios de Farmacia. Y él nos responde que “más que tener claro lo que quería hacer cuando entré en Farmacia, tenía claro lo que no quería hacer. No me atraía una oficina de farmacia; sí la industria farmacéutica. También entré en contacto con el mundo de la investigación porque estuve de alumno interno en un departamento de la Facultad de Farmacia y, posteriormente, entré en contacto con el FIR, y me empezó a gustar la idea de trabajar en un hospital. Empecé a hacer la tesis pero finalmente abandoné ese proyecto, sólo hice la tesina, y ya me fui decantando por mi actual trabajo, aunque reconozco que me embarqué en esa aventura sin saber totalmente lo que era, y he ido conociendo este ámbito poco a poco después”, explica José Antonio.

Su idea siempre ha sido formarse continuamente, y por ese motivo también se decidió por la Farmacia Hospitalaria. “Yo he querido siempre tener una trayectoria profesional, seguir formándome, y consideraba que en una oficina de farmacia que no fuese mía no iba a tener forma de progresar, de tener nuevos retos, nuevas metas. Por eso debo decir que optar por la Farmacia Hospitalaria ha sido en mí más una opción por descarte de otras que por una vocación clara, pero también es cierto que el trabajo que hago me permite eso, progresar y desarrollarme más”, nos cuenta Marcos, que añade: “En Farmacia somos aprendices de mucho, no nos centramos tanto como en otras carreras, y por eso creo que las salidas laborales se enfocan más a la oficina de Farmacia. Lo bueno de esa filosofía es que tenemos una formación muy completa en muchos aspectos.”

«La finalidad última de mi trabajo es de servicio, y eso me gusta»

jOSÉ ANTONIO MARCOS

José Antonio Marcos desempeña su trabajo en el Área Onco-Hematológica de Farmacia del Hospital Macarena, donde es el responsable. Lo que más le gusta de su trabajo es que éste tiene una finalidad, un porqué. “A mí no me evalúan por tener más o menos ventas, sino porque al paciente ingresado en el hospital se le dé la mejor atención posible”, dice Marcos. “Nuestro trabajo tiene repercusión sobre la salud del paciente, por lo que hacemos una labor sanitaria y se ven los resultados; me gusta mucho de mi trabajo también que tiene la finalidad de ayudar; yo cuido de que la medicación esté bien, detecto posibles errores; mi trabajo se enfoca totalmente al bienestar del paciente, en este caso paciente oncológico, y eso me resulta muy satisfactorio. La finalidad última de mi trabajo es de servicio, y eso me gusta”, confirma.

Y como en todos los trabajos, también hay una parte que a Marcos le gusta menos, y ésa es la parte administrativa, pues lo aleja de lo clínico y de lo asistencial. Tampoco le agrada el camino que hay que recorrer para llegar al puesto en el que él está, porque, comenta, es un camino “largo, no es fácil, tienes que moverte mucho”. Pero pasado ese camino, llegas a la meta y su puesto en Farmacia Hospitalaria es reconocido como “clave” en el funcionamiento de un hospital. “Somos claves porque somos uno más dentro del equipo multidisciplinar que trabaja en un hospital en pro de los enfermos; abordamos al paciente, lo tratamos, y junto al resto de profesionales, cada uno desde su área, contribuimos a que el enfermo reciba la mejor atención posible”, indica José Antonio, que nos relaciona algunas de las tareas en las que consiste su labor diaria: evitar reacciones adversas por la ingesta de medicamentos; proponer tratamientos a los médicos según cada paciente; informar a los pacientes del tratamiento administrado; fomentar la adherencia e interacciones… En su caso, Marcos trabaja junto con médicos oncólogos y hematólogos del Macarena. “El farmacéutico en un hospital habla con los médicos de tú a tú; somos iguales a los médicos, no estamos ni por debajo ni por encima, y eso es muy importante para que los farmacéuticos nos quitemos ese “complejo” que, de alguna forma, tenemos al salir de la carrera frente a los galenos. Trabajamos codo con codo con ellos y para mí, como farmacéutico, es importante que nuestro trabajo sea valorado por otros profesionales de otras especialidades.”

Por último, a la pregunta de si animaría a los actuales estudiantes de Farmacia a ejercer su profesión en la farmacia de un hospital, José Antonio Marcos responde tajante que sí. “Cualquiera lo puede hacer, aunque es cierto que las plazas son limitadas y el camino es largo y difícil. El hecho de que la oferta sea limitada es negativo, porque si haces el FIR, pasados los cuatro años terminas y aunque ya eres especialista, no sólo facultativo, tienes que poner fin a esa etapa. Pero al margen de eso, por el trabajo en sí, claro que lo recomendaría, porque es un trabajo en el que te formas continuamente, renuevas conocimientos constantemente, estás siempre estudiando y, en definitiva, sientes que tu profesión está viva.”

INSPECCIÓN SANITARIA

Y sin alejarnos de la función pública, nos adentramos ahora en el mundo de la inspección sanitaria de la mano de Sandra Villanueva, natural de Cuenca y residente en Sevilla, y licenciada en Farmacia por la Universidad de Valencia en 2005. Sandra hizo las especialidades de Farmacia Hospitalaria y de Análisis Clínicos, y ha trabajado como farmacéutica de hospital y como directora técnica en servicios de análisis clínicos vinculados a hospitales, así como especialista de análisis clínicos en laboratorios, tanto privados como públicos.

Sin embargo, y pensando en la estabilidad que, a nivel profesional, le podía otorgar una plaza como funcionaria, hace tres años decidió prepararse las oposiciones al Cuerpo Superior Facultativo de Inspección de Prestaciones y Servicios Sanitarios de la Junta de Andalucía, en la opción de Inspección Farmacéutica, oposiciones que aprobó –quedó la primera de todos los opositores, lo que le permitió elegir el destino que quería, Sevilla-, por lo que ejerce como inspectora desde el año pasado. Villanueva nos relata que llegó a este sector profesional casi de casualidad. “Me llegó publicidad de la convocatoria, cuyos exámenes eran a finales de 2020. No era algo que yo tuviera en mente pero me atraía la idea por lo que suponía de estabilidad laboral. Salieron al mismo tiempo otras convocatorias, por lo que estuve valorando unas y otras y me decanté por las de la Junta de Andalucía.” El Estado español también convoca oposiciones todos los años de Farmacéuticos Titulares del Estado, aunque el ámbito de actuación difiere algo del ámbito en el que se mueven Sandra y sus compañeros.

«Somos el instrumento que tiene la Consejería de Salud de la Junta para garantizar los derechos de los ciudadanos»

SANDRA VILLANUEVA

Su trabajo como inspectora farmacéutica de la Inspección de Servicios Sanitarios le lleva a actuar en varios ámbitos: oficinas de farmacia, servicios de Farmacia en general, depósitos de medicamentos, control de calidad de medicamentos… En definitiva, en todas aquellas actuaciones que sean demandadas por la autoridad sanitaria. Sigue también, como el resto de inspectores, las directrices anuales establecidas en el Plan Anual de Inspección de Servicios Sanitarios, y destaca que una de las labores que más le gusta es asesorar a los profesionales sanitarios para que mejoren su actuación. “Considero que nuestro trabajo, en el ámbito sanitario, es una figura importante, porque somos el instrumento que tiene la Consejería de Salud de la Junta para garantizar los derechos de los ciudadanos. Nosotros luchamos contra el fraude en todo lo relativo al medicamento, y garantizamos que tanto en el ámbito público como en el privado se ofrezca la misma seguridad a un paciente. Investigamos denuncias, asesoramos a profesionales sanitarios; en definitiva, nuestra misión es garantizar la tutela efectiva de los derechos que la legislación sanitaria asigna a los ciudadanos andaluces, por eso creo en la importancia de nuestra labor”, explica Villanueva.

Para ella, lo más gratificante de su profesión es el asesoramiento que otorga y el hecho de que, de algún modo, estás “educando para mejorar”. “No sólo estamos para fiscalizar si la normativa se cumple o no, sino que asesoramos, y eso es lo que más me gusta de mi trabajo, si bien es cierto que lo que percibo es que al inspeccionado, sobre todo en el ámbito privado, nuestra figura no le resulta agradable, pero es una labor necesaria”, indica. Y añade que cree que su labor es poco conocida en general, incluso entre los propios farmacéuticos. “El Cuerpo de Inspectores de Servicios Sanitarios, por regla general, es bastante desconocido por los estudiantes de Farmacia e, incluso, por los ya titulados, pero yo, si tengo que recomendar mi trabajo como salida profesional para los farmacéuticos, por supuesto que lo recomendaría, porque hacemos una labor muy amplia. Y a mí, personalmente, esto me permite desarrollarme como profesional, porque tengo contacto con la clínica, con el profesional sanitario; tengo que actualizarme constantemente porque la normativa va cambiando… El Cuerpo Técnico de Inspección cuenta, además, con grupos de trabajo que desempeñan su labor en muchos ámbitos, lo que nos exige una formación continua. Y esto, sin duda, te motiva como profesional”.

PRL, ASESORÍA, CONSULTORÍA E INVESTIGACIÓN

Damos un paso más en este recorrido que nos está llevando por las distintas salidas de la profesión farmacéutica y viajamos hasta Estepa, Sevilla, de donde es originario y ejerce su profesión José Martín, de 46 años, doctor en Farmacia por la Universidad de Sevilla y que también fue compañero de los anteriores licenciados en Sevilla a los que hemos entrevistado.

José Martín, recibiendo el X Premio a los Mejores Trabajos Relacionados con la Prevención de Riesgos Laborales realizados en la Universidad de Sevilla por su tesis doctorial

Hemos hablado con él porque puede ofrecernos una visión diferente a la del farmacéutico que trabaja por cuenta ajena y es la del farmacéutico autónomo que no se dedica a la dispensación de medicamentos sino a la prevención de riesgos laborales y al asesoramiento en Higiene Industrial e Higiene Alimentaria. Posee un laboratorio en la localidad estepeña, aunque también tuvo la oportunidad de ponerse detrás de un mostrador cuando realizó las prácticas tuteladas de su carrera en la única farmacia existente en la vecina localidad de Lora de Estepa. No obstante, siempre le gustó más la labor de asesoría y consultoría que su cualificación le permitía realizar, así como la prevención de riesgos laborales, motivo por el cual cuando acabó Farmacia hizo las tres especialidades del Técnico Superior de PRL, buscando también ampliar sus opciones de cara al mundo laboral. Esta titulación le ha permitido tener, durante casi dos décadas, un contrato a tiempo parcial en un servicio de prevención ajeno.

Al poco de licenciarse, asimismo, recibió la propuesta de formar parte de un laboratorio clínico y de higiene y control agroalimentario, la cual aceptó dado que siempre le había gustado la labor de laboratorio. “Yo tenía claro que no podría adquirir nunca una farmacia, ni mi familia tampoco, por lo que me formé, además de con mi carrera, haciendo cursos de Análisis Clínicos, que después me sirvieron para trabajar en el laboratorio que hoy poseo. Tampoco me hubiera disgustado trabajar en alguna industria química o farmacéutica haciendo control de calidad”, nos cuenta José Martín. “Para mí, lo más gratificante de mi trabajo es poder resolver problemas a las empresas o particulares que me piden ayuda, como por ejemplo, realizar trabajos APPCC para empresas. Los planes APPCC son documentos de calidad que deben poseer las empresas de alimentación animal y humana para determinar cuáles son sus peligros y los puntos críticos que deben controlar y que les lleven a garantizar la seguridad de sus alimentos”, explica. ¿Y lo menos bonito de su trabajo? José nos responde que lo menos gratificante es que los prestan servicios como el suyo “nunca somos prioritarios”. “Sólo cuando el inspector de Sanidad llama a la puerta del afectado es cuando muchos de nuestros clientes vienen en busca nuestra”, comenta.

La formación es otra de sus pasiones referidas a su labor como farmacéutico, y puede ejercerla gracias a que la formación que recibe en la Facultad es muy completa. José Martín, no obstante, también hizo en su día el Curso de Adaptación Pedagógica, antes conocido como CAP, así como formaciones en metodología didáctica, y esto le permite impartir cursos de Higiene Agroalimentaria, prevención de Legionella y prevención de riesgos laborales en general.

«La carrera de Farmacia es una de las más completas de las que se puede cursar hoy día»

JOSÉ MARTÍN

En su opinión, “la carrera de Farmacia es una de las más completas de las que se puede cursar hoy día, porque mezcla química, biología, ciencias de la salud y toxicología, lo que amplia considerablemente las salidas laborales de los titulados, muchos de los cuales cuando comienzan sólo piensan en la posibilidad de trabajar en una oficina de Farmacia, pero que a medida que avanzan los cursos van viendo como su carrera puede abrirles muchas otras puertas”, indica. Precisamente, y hablando de toxicología, Martín forma parte en la actualidad del Grupo de Investigación de Alimentos Funcionales e Investigación Toxicológica (AFIT) de la Universidad de Sevilla. Por último, cabe destacar que José Martín recibió en febrero el «Premio al Mejor Trabajo de Investigación», enmarcado en el X Premio a los Mejores Trabajos Relacionados con la Prevención de Riesgos Laborales realizados en la Universidad de Sevilla, en la modalidad de “Mejor trabajo de investigación, profesional o tesis doctoral”, un galardón otorgado por la Cátedra de Prevención de Riesgos Laborales de la Hispalense, ubicada en la Escuela Superior de Ingeniería de Sevilla.

FARMACIA Y GANADERÍA

Terminamos nuestro recorrido por algunas de las salidas profesionales que tiene la carrera de Farmacia hablando con Cristina López, directora técnica farmacéutica en Miproma, empresa mayorista de medicamentos para animales, en la que se venden productos veterinarios tanto para mascotas como para animales “de producción”; esto es, animales cuya carne y derivados se destina a consumo humano. En Miproma lleva desde 2014, pero antes trabajó más de una década en el sector de la Nutrición, pues cuando acabó la carrera –ella es también de la promoción de 2001 de la Universidad de Sevilla-, hizo un máster en Alimentación y Nutrición Humana por la Universidad de Barcelona, lo que la llevó a dedicarse a esa materia más de diez años. 

Cristina López, responsable del cumplimiento sanitario y normativo de los medicamentos veterinarios que vende su empresa

Cristina confiesa que, cuando acabó sus estudios, no conocía esta salida profesional. Pero ocurrió que, todavía trabajando en Nutrición Humana, comenzó puntualmente a hacer trabajos como farmacéutica garante, lo que le permitió ir conociendo poco a poco este sector y a interesarse cada vez más por él. Cuando formó una familia, le interesó aún más este trabajo, pues le permitía conciliar mejor su vida laboral y familiar. Y además, le permite seguir formándose a diario, aprender constantemente, no quedarse “estancada”, y eso hace muy atractiva esta opción. Su trabajo es inspeccionado por el Ministerio de Agricultura, y le permite estar en contacto con la reglamentación y normativa que afecta a los medicamentos destinados a animales. Ella es la persona responsable, a nivel legal, del cumplimiento sanitario y normativo de los medicamentos veterinarios que distribuye su empresa. También se encarga de supervisar, junto con otros profesionales de Miproma, una serie de protocolos de calidad o buenas prácticas de distribución que deben cumplir los medicamentos veterinarios.

Pero su trabajo no finaliza aquí. Realiza otras labores, relacionadas con la seguridad alimentaria de los animales, la cual redunda finalmente en los humanos, ya que estamos hablando de animales de producción, cuya carne comemos. Una de las cosas que más le gusta de su trabajo a Cristina López es, por ejemplo, asesorar a sus clientes en seguridad alimentaria o en la elaboración de planes APPCC. Asimismo, en aquellos clientes que producen piensos medicamentosos, su puesto de trabajo la lleva a vigilar, por ejemplo, que no haya contaminación cruzada, gracias al asesoramiento que ofrece para que esa contaminación no se produzca. Y otro trabajo en el que colabora es en la definición de productos que su empresa quiere comercializar con marca propia –esto es, una línea propia de la organización-, entre los que se encontrarían aditivos para piensos y agua de bebida para animales de producción.

«A mí, todo lo que sea novedoso dentro de mi empresa, me entusiasma»

Cristina lópez

“Lo que más me gusta de mi trabajo es lo que aprendo día a día, el contacto con clientes, con veterinarios, con ganaderos de animales de producción, sobre todo porcino y avicultura –pollo y pavo-“, explica Cristina. “Ahora, por ejemplo, hay mucha normativa para reducir el consumo de antibióticos en animales; hay planes para intentar medicar lo menos posible, siempre en pro del bienestar animal; también muchas medidas de higiene en las granjas. Y además, se está trabajando mucho en una especie de probiótico para aves que eviten la proliferación de patógenos. Y a mí, todo lo que sea novedoso dentro de mi empresa, me entusiasma”, afirma.

En sintonía con esta afirmación, López explica que participa asiduamente en charlas informativas y formativas. Y desde esta entrevista, aunque lamenta que no haya muchos puestos como el suyo debido a que el número de empresas es limitado, anima a los futuros egresados de Farmacia a trabajar en empresas relacionadas con la veterinaria, pues considera que en ellas los farmacéuticos también tienen mucho que aportar. Y es que, en la sociedad del siglo XXI, tal y como hemos visto, los farmacéuticos tienen mucho que decir.

…………………………………………………………………………….

Remedios Camero es licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla desde 1996, y ha ejercido su profesión en diversos medios de comunicación escritos y audiovisuales, agencias de noticias y gabinetes de comunicación de administraciones públicas locales y provinciales.