Carmen María Palacios, autora de «Las gafas mágicas»: «A los miedos hay que mirarlos de cara»

Carmen Mari Palacios, con un ejemplar de su obra

Texto: Remedios Camero / Fotografías: R. Camero y cedida por autora

A Carmen María Palacios Rodríguez (Estepa, 1976), autora del cuento infantil “Las gafas mágicas” (Ed. BABIDI-BÚ, 2021) no le gusta que la llamen “escritora”, a pesar de tener en su haber 20 cuentos escritos, una novela ya finalizada y otra en curso, textos todos escritos por ella en los últimos ocho años. Diplomada en Relaciones Laborales por la Escuela Universitaria de Osuna, es también técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales y desarrolla su labor profesional en el sector del automóvil. Constante, tenaz, luchadora, optimista y valiente, los derroteros por los que le ha llevado la vida le otorgan todas esas definiciones a su persona, que se adorna con otras cualidades como su simpatía y su sinceridad. El pasado 1 de marzo salió a la venta su cuento “Las gafas mágicas”, que desde entonces está disponible en La Casa del Libro y Fnac y en el caso de Estepa, su localidad, en Librería Los Pitufos y Papelería Beatriz. La presentación oficial en su pueblo será el próximo viernes, 8 de octubre, a las 19 horas en la Biblioteca Municipal de la localidad.

El Digital (ED): ¿Cómo surgió la idea de escribir este cuento?

Carmen María Palacios (CMP): Pues empecé a escribir pequeñas historias en francés debido a que estaba estudiando este idioma, que me apasiona, en la Escuela Oficial de Idiomas de Estepa, y quería perfeccionar la gramática. Como además siempre me han gustado mucho los niños, pensé en distintos valores que se le podían transmitir a los más pequeños, y en lo primero que pensé fue en hablar sobre el acoso escolar que sufren muchos de ellos. Escribí “Las gafas mágicas” primero en francés y después lo traduje al español. No es el único que tengo escrito; tengo veinte cuentos. Y una persona cercana a la que yo se los enviaba me propuso que por qué no los publicaba, porque su contenido podría ayudar a otras personas. Así que lo estuve pensando un tiempo y me puse a investigar por internet buscando diversas editoriales. Y encontré la editorial BABIDI-BÚ, que tiene sede en Sevilla, de modo que les mandé varios de mis originales en español, y la verdad, para sorpresa mía, la editorial tardó muy poco en responderme que estaba interesada en publicar el cuento de “Las gafas mágicas”. Establecimos las condiciones de la publicación y BABIDI-BÚ me ofreció varios nombres de ilustradores, mostrándome sus trabajos, para que yo eligiera aquél o aquélla que más se ajustara a mi idea para ilustrar la historia, y finalmente me decanté por Marta Folgado Lozano.

ED: ¿Qué otros temas se tratan en sus cuentos?

CMP: En mis cuentos abordo temas como el trato que damos a las personas mayores; la relación entre especies animales; el cuidado del medioambiente; la relación del ser humano con un animal tan fascinante como es la ballena; también tengo otro cuento sobre la orfandad, o la Gran Muralla China, en el que introduzco algo de historia de China… He escrito también sobre la relación padre/hijo y sobre el maltrato infantil en un cuento ambientado en el Londres de 1666. También he dedicado un cuento a los niños que padecen cáncer, a los menores con síndrome de Down, o a lo mala que es la avaricia, por ejemplo. El último que he escrito está dedicado a un niño llamado Rubén que me pidió que escribiera una historia sobre dinosaurios, y en él he intentado explicar cómo y porqué se extinguieron.

Portada del libro, ilustrado por Marta Folgado

ED: ¿Le lleva mucho tiempo escribir estos relatos?

CMP: Depende de la extensión de cada uno. Mis cuentos tienen distintas extensiones, unos son más largos que otros. Llevo ocho años escribiendo este tipo de cuentos. Los escribo a mano en una libreta y en francés, y después los paso al ordenador ya en español. La verdad es que me gustaría poder publicarlos todos, así como dos novelas, una finalizada ya y otra que aún estoy escribiendo, que también he creado en estos años.

ED: Háblenos de esas dos novelas. ¿Cuáles son sus títulos y de qué tratan?

CMP: La primera de ella consta de 19 capítulos y lleva por nombre “La brújula”. Está ambientada en el Camino de Santiago, y trata de un peregrino al que obligan a hacer el camino saliendo desde la aldea estepeña de La Salada. Este libro lo escribí hace cuatro años. Algunos de los capítulos están escritos, precisamente, en Santiago de Compostela, donde pasé unos días conociendo la ciudad y su catedral con mi marido. También lo escribí en francés y traduje posteriormente al español. Las vivencias personales que tuve en Santiago y la información que, sobre el camino, me han facilitado algunos amigos de Estepa, me han ayudado a escribirlo. Ahora estoy escribiendo otro libro que he titulado “Japón”, una novela de la que ya llevo diez capítulos y que trata sobre una amistad mantenida en la distancia.

ED: Y ¿por qué se decanta principalmente por escribir para el público infantil?

CMP: Bueno, realmente la mayoría de mis cuentos son para niños, pero la verdad es que también lanzan mensajes a los adultos. Creo que nosotros los adultos, por el hecho de serlo, no vemos muchas veces nuestros propios errores, y por eso, de alguna manera, más o menos explícita en mis textos, me dirijo no sólo a los niños sino también a los mayores.

Un niño leyendo «Las gafas mágicas»

ED: ¿Están basadas sus historias en hechos reales o imaginarios?

CMP: Las historias que escribo salen, principalmente, de mi imaginación, aunque es cierto que también hay alguna referencia real, basada en mi experiencia personal.

ED: ¿Qué le diría a los lectores, pequeños o mayores, que se dispongan a leer su libro “Las gafas mágicas”?

CMP: Pues les diría que, aparte de la historia que cuento, protagonizada por un niño llamado Abel, intenten leer entre líneas. Que intenten comprender los mensajes ocultos que hay entre ellas para que, después, intenten aplicarlos a la vida real. A los miedos hay que mirarlos de cara, hay que enfrentarlos. Y ése es el principal mensaje que quiero que quede en los lectores después de haber leído mi cuento.