El rondeño Francisco Luna, ganador del VI Concurso de Pintura Rápida Ciudad de Osuna

Francisco Luna Galván, de Ronda (Málaga), ha sido el ganador de la sexta edición del Concurso de Pintura Rápida “Ciudad de Osuna”, celebrado el pasado domingo y organizado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de la Villa Ducal, ha informado en nota de prensa el Consistorio ursaonés.

De la mano de la delegada municipal de Cultura, Pilar Díaz, el vencedor recibió el premio por valor de 1.000 euros a una obra que representa una perspectiva de la zona monumental del antiguo convento de la Merced.

El segundo premio, dotado con 700 euros, fue para Abraham Pinto Mendoza, de Utrera (Sevilla), y el tercero para el pintor José Antonio Gómez Valderrama, de Málaga, que ha recibió 500 euros.

Las obras de estos tres pintores fueron las elegidas por el jurado de este concurso, al que no le resultó fácil la elección de entre las 64 pinturas que se presentaron en esta edición. Además, se entregaron cinco menciones especiales de 100 euros cada una a cinco pintores de Granada, Almería, Sevilla y dos de Málaga.

Como destacó la delegada de Cultura, “éste es un concurso que ha conseguido consolidarse en esta corta trayectoria de tiempo en que se viene celebrando en virtud de la participación cada vez más elevada de pintores y en la aceptación de público que cada año acude a la Casa de la Cultura para contemplar las obras y para, si es posible, comprar alguna de ellas a unos precios bastante razonables dada la calidad de las mismas.”

Y es que en esta edición no sólo han participado pintores de Osuna y de la provincia de Sevilla, sino que han venido de todos los puntos de la geografía andaluza y de otras comunidades, como de Valencia, Madrid o Extremadura. Tres de ellos se han llevado los mejores premios establecidos, otros cinco un premio menor, pero también la mayoría de los que no han podido obtener un galardón, sí han conseguido, tras la exposición de las obras, vender sus pinturas al numeroso público que ha acudido a la Casa de la Cultura, por lo que, casi ninguno, ni pintores ni espectadores, se fueron con las manos vacías.